Quizás no es buena idea...

...dejar al alcance de una niña de casi tres años un calendario de adviento.

 A ver... cómo se los cuento...

En Argentina no existe la costumbre de los calendarios de adviento, la verdad es que nos llevó un tiempo acostumbrarnos un poco a todas las tradiciones de fin de año que encontramos aquí.
Y no eran pocas.
El Tío de nadal, el Caganer, el Calendario de adviento, Sant Esteve (por cierto ¿porqué es fiesta?), los súper fideotes que se comen en navidad,las 12 uvas de fin de año, etc...
Pero como el calendario es más para niños ha sido de las últimas en sumarse a esta casa.

Siempre le ha gustado el chocolate...

En estos días le he estado leyendo a la mostra mayor unos libros en los cuales el protagonista tiene un calendario que le compra su mamá. En una primera instancia yo quería hacerle uno parecido en formato a éste, pero finalmente me dí por vencida al ver toda la lista de cosas que quiero tener terminadas en estas fiestas. Por eso nos fuimos las dos juntas al supermercado (mientras la duendecita se quedaba durmiendo con papi) y nos compramos uno.
Su emoción cuando lo colgamos en su pieza (primer error) fue increíble, le expliqué cómo funcionaba, que había que esperar hasta el 1 de diciembre para abrir la primera ventanita y así cada día abriríamos una nueva.
Pues llegó el 1 de Diciembre y mami y mostra abrieron la ventanita, obviamente al ver que había chocolate adentro quiso abrir otra ventanita más, le expliqué nuevamente que tocaba a la mañana siguiente.
Y así el 2 de diciembre le enseñé a abrir la ventanita (segundo error). Así continuó la cosa hasta que el día 4 ya le dije que se podía levantar solita de la cama y abrir la ventanita que tocase (tercer y peor error).

Y así llegamos al quinto día.
En el cual su padre la encontró bien despierta a la mañana con todas las ventanas del calendario abiertas, chocolates por el piso, paredes con huellas de chocolate, mirada entre culpable y satisfecha y panza llena.

La culpa no es del chancho/cerdo, sino del que le da de comer.


Mami ya aprendió, el próximo calendario va a tener cerraduras en cada puerta.