domingo, 10 de abril de 2011

¡Casi me olvido!

Hace meses que terminé los calcetines de Neus y no me di cuenta de contarles el descenlace...
Bien, ocurrió lo siguiente:


Se me acabó la lana a 4 vueltas de la punta...


Entonces las opciones eran:
1º Mandar todo al demonio y no terminarlos.
Descartada por problemas de remordimiento.

2º Deshacer el segundo calcetín y tejerlo más apretado.
Descartado por problemas de vagancia.

3º Deshacer los dos calcetines y hacerlos más cortos en la pierna.
Descartado por razones obvias (pero remarquemos vagancia).

4º Dejar el segundo calcetín con los dedos al aire.
Es una opción que pasó por mi cabeza, no lo voy a negar...

5º Terminar el segundo calcetín con otra lana.
Casi por la que opté.

6º Deshacer la punta del primer calcetín y luego tejer los dos con una punta de distinto color.
Otra no me quedaba... Conseguí una lana del mismo gramaje y de textura muy parecida, así que me decanté por esta opción finalmente.


El ovillito que se ve es lo que me sobró.
Sí, al final me sobró... Reservado para cuando Neus me la traiga con agujeritos, porque puedo decir orgullosa que es casi lo que más usa, porque son sus "zapatitos de andar por casa".


Y otra cosa... ¡QUEDARON IGUALES!
(¿Está mal que me sorprenda?)

3 comentarios:

  1. Te han quedado preciosos! Y con las puntitas de otro color mucho mejor que todo igual, osea que fue un acierto quedarse sin lana...
    Los calcetines son mi asignatura pendiente, debe ser dificil con cuatro agujas, no?
    Un abrazo

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  2. la verdad que díficil no es, es un poco aparatoso nada más...

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