Labores invitadas: El carpinterito

Hace unos meses vimos cómo un hombre trataba de tirar un montón de tablas de madera en el contenedor de envases. Sip, en el de envases. Nos quedamos un poco asombrados de la catalogación, pero más de lo que estaba tirando, era madera, de la buena, ya cortadita y limpita, no tenía absolutamente nada malo. Ni lentos ni perezosos la agarramos/cogimos en cuanto el pobre sujeto finalizó sus intentos y la dejó a un lado en una pilita y nos la llevamos a casa.
Bueno, mi burrito de carga lo hizo, yo no cargo nada últimamente.
Una vez llegamos empezamos a pensar que hacer con ella, por suerte mi esposo es polifacético (además de bonito) (y peludo) y como su papá tenía un carpintería bastante grandota en la que hacían muebles en Mar del Plata, él sabe bastante como para fabricar cosas bonitas.

Entre todas las locuras que se nos ocurrieron la más necesaria por el momento era un zapatero-banquito, algo para sacarse los zapatos al llegar a casa sin necesidad de estar haciendo malabares en un pie. Antes teníamos un banquito que no era muy cómodo y la verdad es que esto fue una mejora.

Por supuesto la Mostra "ayudó", le encantan las herramientas desde que era una bebé, supongo que será porque las usamos seguido y nos quiere imitar.

La obra de arte de papi quedó muy bien y estos días que estuve sola le hice un almohadón/cojín a medida muy cómodo y bonito. Pero eso se los muestro en otra entrada.
Las fotitos son viejas y un poco obscuras, pero en esa parte de la casa no hay luz natural.

Ya veremos que se nos ocurre hacer con la madera sobrante, es divertido hacer planes.