Fundas para las sillas

Mientras mis mostros estaban de viaje por Italia me encontré con mucho tiempo libre. Parte de él lo ocupé en coser.

Si cada vez que voy a Ikea  veo uno de esos rollos ya precortados de tela me lo traigo. Sé que ya tengo telas y que es mucha cantidad, pero quién puede resistirse a 3 metros de tela buena por 6 eurípides.

Así que aproveché esas telas (una de ellas la reconocerán del delantal de mi Cocinerito) e hice las fundas que hace tanto necesitábamos para los almohadones blancos que tenían las sillas. Sí, blancos. Con una niña de dos años en la casa. Y con un esposo que mancha todo también.

Estas telas son muy buenas para este objetivo porque tienen muchos colores, cosa que disimula mucho las manchas. Un excelente atributo si tengo que opinar al respecto. Además los hice reversibles, aguantan el doble de inmundicias :) .

 Y cuando Mi Mostra llegó a casa lo primero que hizo fue decidir cuál era su silla y cuál era para cada uno de nosotros. Y las probó. A todas.

Y después simplemente se puso a jugar.
O sea que las funditas cumplieron su objetivo con creces.

Una cosa, ejem, la primera en manchar dos de los almohadones fue mami.
Lo aclaro antes de que papi me lo eche en cara.