¡Se vienen los tomates!

Bueno, la verdad es que ya nos hemos comido varios.

La entrada en realidad es para enseñarles unas cosas de costura, pero como la foto de arriba está tan bonita la uso de anzuelo, jejjee.

Y ahora les muestro las dos cositas que hice en un curso de patronaje al que asistí el año pasado.

La primera fue un vestidito hecho con una tela africana que me había comprado hace un tiempo. Me gustó mucho elegir esto como primer patrón porque aprendí a coser un cuello Mao y también me di cuenta de que con un poco de la explicación de la profe, un librito que me compré hace tiempo e internet todo es realizable.

(El hecho de no tener miedo ayuda bastante).

No es la mejor forma de mostrar cómo queda un vestido pero es que salía la Mostra en la foto.

Y lo mejor del curso (aunque en realidad lo terminé en casita porque no alcanzaron las clases) fue un regalito para el cocinerito, una camisita.
Y he tratado de sacarle una foto bonita, hasta la PLANCHÉ (si, es cierto) para que en la foto saliera bien, pero mi esposo la vió y se emocionó (tanto por la camisa como por ver algo planchado) a tal punto que se la puso cuando yo no estaba y ya no le pude sacar fotos. Repetí el planchado (lo juro por mi no-tan-santa-madre) y se repitió el resultado.

Y tres planchados no iban a ocurrir, se los aseguro. Esperé a la próxima vez que se la pusiera y simplemente le saqué una foto.
No hay pose, ajuste de luz, elección de fondo, nada. Con los niños hay que aprovechar el instante y listo.