Labores invitadas: Regalos para la duendecita (Parte 4)

Y no va a ser la última entrada se los aseguro.
Estos regalos son de una amiga de mi-no-tan-santa-madre, se llama Cristina y se conocieron por el foro de tejido de Guíaparatejerbien. Mientras mi viejita estuvo por acá se juntaron a tomar un cafecito y de paso ella le dio todo esto.

Una súper chaqueta con gorro y peúcos para la duendecita. Lamento decir que mi hermosa hija es muy cabezona y cuando le fui a poner el gorro hace dos días ya no le entraba. Lo tendría que haber usado antes. 

Un montón más de peúcos para que se divierta dando pataditas a su pobre madre mientras toma la teta.

También le tejió regalitos para mi mami: un gorrito, una funda de móvil/celular e hizo unos marcadores de punto muy bonitos que ya fueron rápidamente substraídos.
O sea, me los robé porque eran muy bonitos.

Y todavía no terminé (la bolsa era muy grande). Para la mostra mayor un gorrito, un prendedor y un cuellito.

El cuellito es muy bonito. Muuuuuuuuuuuy bonito.
Y ya me lo robé también, jejejeje. Es que me calza justo el cogote y es como un cuellito mini que no abulta. Mi hija no se queja porque se lo pedí "prestado". Total, ladrón que roba a ladrón...

El gorrito no me entra, que si no...

Muchas gracias Cristina, es todo precioso (había otras cosas en la bolsa pero sólo muestro las manualidades en este blog).
Mucha suerte con lo tuyo, espero que salga todo bien.


Cambiando de tema: perdón que estuve unos días sin postear pero fue nuestro aniversario y estuvimos de festejo.

¿no es hermoso?

Ojalá sean muchos años más junto con mi cocinerito, me gusta hacerlo sonreír y hacerlo renegar, es mi medio cítrico perfecto.

Por cierto (y cambiando de tema nuevamente), ayer fui al Festivalet, a ver (léase robar) ideas para hacer cosas para mis mostros. Estuvo lindo, fuimos la duendecita y yo con unos amigos y la pasamos bien. Además, como quedaba cerca (bueeeeeno, cuando uno quiere todo queda cerca) pasé a ver que tal la nueva tienda Llanarium y me encantó (perdón Vanessa y Núria, cuando vayamos prometo hacerme la sorprendida). Compré unas cosas para hacer unos regalitos para las fiestas (que por la cantidad de cosas que quiero hacer seguramente quedarán para las fiestas del año que viene). A la duendecita le dio hambre a la mitad de la visita y terminé dándole de mamar en los sillones destinados a los cursos. Muy atenta la dueña (Laia) y muy bonito el lugar, se los recomiendo.