¿Y esto qué es?

Cuando eramos chiquitos mis hermanos y yo pasábamos mucho tiempo en la casa de mi abuela Nely, mi mamá era profesora de Castellano y cuando tenía que dar clases nos quedábamos en casa de los abuelos.
Mis abuelos eran increíbles, yo los admiraba mucho, mi abuela hacía de todo y leía de todo, mi abuelo nos contaba las historias más inverosímiles acerca de su vida (muchas de ellas mentira, como la de cuando cruzó un río saltando cocodrilos, o cuando lo había mordido un tiburón, pero un niño cree todo y recuerda casi todo).

Recuerdo leer unas enciclopedias técnicas que se llamaban "Tecnirama", eran de color verde y explicaban cómo se fabricaban las cosas, también me viene a la memoria la montaña de libros que habían en esa casa (muchos de Selecciones, muchos de Agatha Christie, muchos que ya no recuerdo excepto  por el olor). Mi abuelo siempre los reparaba. En casa de mi no-tan-santa-madre hay una colección completa de libros de Emilio Salgari arreglada por mi abuelo que me pienso robar para mis mostritas. Ya les conté alguna vez acerca de la búsqueda de caracoles que hacíamos mi hermana y yo en el patio enorme que tenían mis abuelos detrás de la casa.
Mi abuela cocinaba como los dioses, su pastel de papas, la tarta de arvejas, las empanadas, la torta de manzanas, las papas a la Bretona (que en su momento odiaba por la cebolla), ohh, era todo tan rico.
Pero a mi me encantaban sus milanesas/escalopes rellenas con jamón y queso acompañadas con las papas fritas rejilla. Y hace poco mi viejita me trajo uno de los cortadores que se usan para que las papas tengan esa forma, era de mi abuela (no era el que más usaba, ese otro era de color celeste-verdoso). Algo que me emocionó fue que tenía guardadas las instrucciones, yo soy re maniática con eso de guardar las instrucciones y me encanta que mi abuela haya sido igual.

Pues no queda más que decir, tan sólo quería compartir algo que me trae muchos buenos recuerdos, una simple mandolina.