Reflexiones

Cuando tu casa está llena de cajas hasta en los pasillos...
Cuando no tienes ni agujas, ni lanas, ni telas, ni máquina de coser...
Cuando todos los utensilios que te quedan son una cuchara de madera y un cuchillo desafilado...
¡Cuando no hay ni libros! (estoy muy entretenida leyendo "Prime Parole", el único libro que ha quedado fuera de las cajas... recomendado entre 1 y 3 años)...

...es que te pones a filosofar...

Tu as droit à la vie (Tú tienes derecho a la vida)

En una plaza de Lausanne tienen en cada banco placas con artículos de la Declaración Universal de los derechos del hombre.
Simple.
Poderoso.

¿Cómo hacer para acercar la cultura a nuestros hijos? En un momento que no tienes casi posesiones (como por ejemplo en el medio de una mudanza) te das cuenta de lo fundamental que es el entorno. Una buena biblioteca para libros y música, un buen parque de juegos en el cual haya un ambiente decente, la posibilidad de poder comprar comida sana cuando ya no puedes cocinar de la forma que en que estás acostumbrado, el poder mostrarle (pocos y seleccionados) dibujitos o conciertos mediante el ordenador/computadora. Tantas cosas que se deben sumar a la presencia de los padres, porque no se puede hacer todo solos. Pero cuidado, sin la base de la familia (tan sólo con miles de cursos extrahorarios o escolares) se puede conseguir alguien muy instruido, pero con una falencia en su interior.

Caperucita roja y su yogurt.

Ojalá en el nuevo entorno al cual nos vamos a instalar encontremos parte de lo que admiramos aquí y quizás cosas nuevas que no conocemos.